Antifrágil. Las cosas que se benefician del desorden
Nassim Nicholas Taleb
Cómo amar el viento. El viento apaga una vela y aviva el fuego. Lo mismo sucede con el azar, la incertidumbre, el caos: queremos usarlos, no ocultarnos de ellos. Queremos ser el fuego y desear el viento. Así se resume la actitud indócil de este autor ante lo aleatorio y lo incierto. No queremos limitarnos a sobrevivir a la incertidumbre, a ir tirando sin más. Queremos sobrevivir a ella y, además, como ciertos estoicos romanos de fuerte carácter, queremos tener la última palabra. El objetivo es domesticar, dominar, conquistar incluso, lo oculto, lo opaco, lo inexplicable. ¿Cómo? |
Un hombre es honorable en función de los riesgos personales que asume por su opinión, de la cantidad de perjuicio al que decide exponerse |